Asesinatos, vejaciones, infecciones… Javier y su asociación ayudan a los presos españoles que, además de soportar sus condenas, se enfrentan a algunas de las peores condiciones imaginables.

El 34 es el número que debe marcar todo español fuera de España si quiere contactar con su país de origen.

Es un prefijo que mete en el mismo bolsillo a Pau Gasol, a un alto dirigente o a cualquier ciudadano de a pie. “34” es también el nombre de la asociación fundada por Javier, destinada a ayudar a los presos en prisiones extranjeras.

No siempre fue así: Javier tenía un trabajo normal, pero la detención de un amigo íntimo en un aeropuerto extranjero le enseñó las enormes dificultades que tienen que pasar los presos españoles en prisiones fuera de nuestras fronteras. Desde entonces, ha viajado por el mundo y ha dedicado su vida a ayudarlos.

Es la voz del otro lado, la que se preocupa por los olvidados.