Sin hostilidad hacia la vida, ahora debemos pensar en Londres. Gran Bretaña atraviesa uno de sus momentos más sensibles: una crisis política, económica y social y unas próximas elecciones anticipadas, en las que si las encuestas van bien la derrota del Partido Conservador será tan importante como el ascenso de algún Partido Laborista. miembros que esperan regresar al poder.
No han tenido nada parecido desde Gordon Brown. Desde entonces han sucedido muchos acontecimientos, incluida la salida de la Unión Europea, que ya no es un tema de discusión o debate ideológico. Pero, ¿cómo será la relación entre la UE y la “nueva” Gran Bretaña después de las elecciones del 7 de julio?.
Se acabaron las difíciles negociaciones de Boris Johnson entre Londres y Bruselas, las maldiciones y las promesas incumplidas. El Brexit ya no está a la venta y casi todo el mundo piensa que fue un error. Según las encuestas, más del 40% de los británicos se arrepienten de haber votado en 2016 o dicen que votarían a favor de regresar a la UE. Por tanto, este tema no ocupa un lugar clave en las campañas electorales de ambos partidos. Si nos fijamos en las filas del Partido Conservador, Rishi Sunak, un firme y orgulloso partidario del Brexit, dice que son buenas noticias, pero que no está moviendo ningún hilo. Y es cierto que durante su mandato ha aliviado significativamente los conflictos con la UE; por cálculo político y porque la época actual así lo requiere.
El acuerdo comercial UE-Reino Unido entró en vigor a partir del 1 de mayo de 2021 y el país también participa en otro tipo de estructuras, como el programa Erasmus. Nunca se ha distanciado completamente de la UE, y los conservadores, aunque todavía controlan la facción más dura del partido, creen que la tensa relación con Bruselas no les sirve de nada. En particular, el acuerdo comercial no sólo cubre el comercio de bienes, servicios, inversiones, adquisiciones públicas y derechos de propiedad intelectual, sino que también cubre muchas otras áreas importantes de interés para la UE, como el transporte aéreo y por carretera, la energía y el desarrollo sostenible. . Pesca. y coordinación de la seguridad social.
Las regulaciones comerciales y de inversión se basan en compromisos globales para garantizar la igualdad de condiciones y el desarrollo sostenible. Sin embargo, sigue sin resolverse la cuestión de Gibraltar, en la que España juega un papel clave. Sin embargo, el tiempo dirá si esto será heredado por el nuevo gobierno, aunque un acuerdo parece inminente.
Este enfoque es un buen termómetro para comprender el estado actual de la relación y lo que podría suceder si los conservadores permanecen en el poder, lo cual es poco probable. Actualmente, el terreno común más claro que la UE y el Reino Unido encuentran en común es la oposición a la guerra en Ucrania y el apoyo a Kiev, como se demostró en febrero pasado en la última conversación de Sunak con la presidenta de la Comisión para Europa, Ursula von der.
Allí también señalaron uno de los acuerdos más importantes alcanzados entre las partes en los últimos meses: el acuerdo entre las agencias británicas y Frontex como parte de la «cooperación más amplia del Reino Unido y la UE en la lucha contra la inmigración ilegal». Por su parte, Keir Starmer es partidario de estrechar lazos con la Unión Europea, pero no habla de volver a esta unión: el Brexit como tal no es una cuestión que gane votos, como sugirió el miembro del Partido Laborista en su candidatura. “No volveremos a la UE, no volveremos al mercado único ni a la unión aduanera”, advirtió al inicio de la campaña. “Este no es nuestro plan”, reiteró, asegurando que tal camino causaría “confusión entre la gente”. Sin embargo, le interesan las buenas relaciones con Bruselas.
Starmer alguna vez apoyó un segundo referéndum, pero desde entonces abandonó la idea. Sí, acogería con agrado –a diferencia de Sunak– un acuerdo de seguridad con la UE firmado en un mapa marcado por la invasión rusa de Ucrania. Pero, como advierte, pasar de las palabras a la acción parece difícil. Las dos partes aún tienen que aclarar qué significa realmente el acuerdo de defensa, en lo que un diplomático llamó sonriendo “ambigüedad constructiva”. Las recientes sugerencias de los laboristas de que el acuerdo de «seguridad» podría ampliarse para incluir conceptos como seguridad económica o incluso migración no han sido bien recibidas en Bruselas.
¿Qué piensan en Bruselas? Por ahora, todo el mundo mantiene la calma, sobre todo ahora que la UE está inmersa en la transición legislativa posterior al 9J: el bloque ha decidido la nueva estructura de poder y está estableciendo más o menos sus prioridades para los próximos cinco años. Entre ellas puede incluirse la posibilidad de normalizar las relaciones con el Reino Unido, pero sus caminos ya no se cruzarán. El Brexit, como creen Londres y Bruselas, no resuelve en modo alguno este problema; Pero el tono ha cambiado. Ahora la gente quiere que este divorcio sea al menos una relación amistosa.