Las autoridades portuguesas han prohibido nadar en 41 playas de Portugal, tanto marítimas como fluviales, porque exceden los niveles de contaminación permitidos y desaconsejan el buceo en otras cinco playas, dijo el miércoles el grupo ambientalista ZERO-Asociación para un Sistema Sostenible.
Según esta organización, del total de playas donde está prohibido el baño, 15 son playas costeras y las otras 26 son playas fluviales. En este sentido, Cascáis, situado a las afueras de Lisboa, es el municipio con mayor número de playas afectadas actualmente por la mala calidad del agua, seis de ellas ya están afectadas.
Por su parte, en Matosinhos, a unos 320 kilómetros al norte de Lisboa, tres playas se vieron afectadas además de las penínsulas de Sintra, Oporto y Peniche. La mayoría de las prohibiciones se debieron a elevados recuentos microbianos, ya que estas playas superaban o habían superado los niveles aceptables de contaminación para al menos uno de los dos tipos de bacterias evaluadas (E. coli y Escherichia coli).
Al mismo tiempo, se ha encontrado una presencia significativa de la bacteria Salmonella en algunas piscinas cubiertas. Para preparar este análisis, el equipo ZERO utilizó datos del Sistema Nacional de Información del Agua, que monitorea las condiciones del agua en 664 playas de todo el país.
En este sentido, la ONG destaca que esta cifra representa un «número limitado» de lugares donde está prohibido el baño, aunque son 13 más que en 2023.
Ya en julio algunas zonas costeras de Ponta Delgada, en el archipiélago de las Azores, fueron cerradas debido a un derrame de petróleo. En concreto, se trata de las playas de Populo y Milicias, así como de la piscina natural de Forno da Cal, que tiene acceso directo al mar.