El proceso de desoxigenación en el océano es un fenómeno que nos empieza a preocupar, especialmente la disminución del oxígeno disuelto en el agua de mar.

Este proceso puede ocurrir naturalmente en algunas áreas debido a factores como la estratificación térmica o la alta actividad biológica, pero es motivo de preocupación para la comunidad científica debido a su deterioro cada vez más severo, que en las últimas décadas ha dado lugar por el impacto humano y el cambio climático.

Para comprender la desoxigenación de los océanos, es importante comprender el ciclo del oxígeno en el agua. El oxígeno disuelto en el océano proviene principalmente de dos fuentes: el oxígeno atmosférico y la fotosíntesis del fitoplancton y las plantas marinas.

Esta cantidad de oxígeno es esencial, porque la mayoría de la vida marina lo necesita para respirar. Sin embargo, varios factores pueden reducir esta cantidad de oxígeno en el agua, provocando una desoxigenación.

Uno de los principales factores de desoxigenación es el cambio climático.

El aumento de las temperaturas globales está provocando la estratificación térmica de los océanos, lo que hace que las capas superficiales se calienten más que las capas más profundas. Esto dificulta que el agua se mezcle entre las capas superiores de oxígeno en la superficie y las capas más profundas, lo que reduce la cantidad de oxígeno disponible en la última capa.

Y debido a que el oxígeno es esencial para la vida tanto terrestre como acuática, la pérdida de oxígeno en el océano amenaza e impacta los ecosistemas marinos. La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) publicó un informe en diciembre de 2019 alertando sobre la desoxigenación de los océanos y su impacto en los ecosistemas marinos.

Después de un largo período de investigación, la UICN concluyó que las concentraciones de oxígeno disuelto han disminuido un 2% desde 1960 y alcanzarán el 4% en 2100. Del mismo modo, este estudio alerta de un aumento en el número de zonas oceánicas con bajo contenido de oxígeno, de 45 en 1960 a al menos 700 en la actualidad.

Otro dato alarmante del estudio: durante el mismo período, el volumen de agua anaeróbica, es decir, agua en la que el oxígeno disuelto está completamente agotado, se cuadruplicó. Según el informe de la UICN, la mayor cantidad de pérdida de oxígeno se concentra en los primeros 1.000 metros de la columna de agua, esta es la zona con más especies.

La preocupación es que esto cambie los ecosistemas marinos y obligue a las mismas especies a migrar a mares más fríos donde hay más oxígeno. Según investigaciones de la UICN, las especies marinas con mayores impactos negativos son: el atún, el pez espada, el tiburón y el marlín, debido a que su estructura requiere grandes cantidades de oxígeno, obligándolos a trasladarse a zonas más aptas para la vida.

Finalmente, el estudio destaca los impactos socioeconómicos que este cambio podría tener en los ecosistemas: primero, al reducir el número de especies; En segundo lugar, porque la reducción de las zonas pesqueras tradicionales afectará a los pescadores y a la economía global.