Para la Unión Europea, China es un poco de todo: un socio en algunos temas, un rival estratégico y en muchos casos un enemigo político. Sin embargo, la intervención del gigante asiático es una intervención «sonriente», que plantea riesgos reales para la UE, porque en algunos casos esta «invasión» no se espera; Sin embargo, esto está sucediendo en casi todas las áreas donde Beijing tiene la oportunidad de jugar juegos geopolíticos. “Cuando se trata de determinadas cuestiones, es necesario hablar con diferentes chinos”, admitieron en los pasillos de Bruselas.

Esto significa que la distensión y la amistad deben coexistir mientras Beijing intenta explotar las debilidades de Europa. Durante su reciente visita a Europa, el presidente chino, Xi Jinping, quiso mantener buenas relaciones con el presidente francés, Emmanuel Macron, y con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pero la realidad es que Bruselas tiene que caminar sobre cáscaras de huevo. El jefe del comité ejecutivo ha sido pragmático durante mucho tiempo y sólo apoya la cooperación con China en áreas que no plantean riesgos para la UE y aportan beneficios comunes. Lo anunció tras una reunión bilateral celebrada en París hace unas semanas.

“La relación entre la UE y China es muy complicada. Nos acercamos a ellos de forma consciente, constructiva y responsable. Porque una China justa es buena para todos nosotros”, pero lanzó una importante advertencia: “Al mismo tiempo, Europa no dudará en tomar las difíciles decisiones necesarias para preservar y proteger nuestra economía y nuestra seguridad”. Es un hito importante, pero en términos más generales es una competencia estratégica en industrias clave. De hecho, la UE está muy centrada en romper con su histórica dependencia tecnológica del gigante asiático. Lo más preocupante es la connivencia de China con Rusia en el contexto de la guerra en Ucrania, junto con las acusaciones de que el país asiático coopera directamente con Moscú, pese a que se trata del Gobierno de Xi Jinping, y en menor medida a ojos de la Unión Europea. .

Aunque el gobierno chino condena lo que considera una agresión territorial, evita calificar el avance de Rusia como una invasión y no reconsidera su relación con Moscú. En cambio, se ofre repetidamente a actuar como mediador para resolver el conflicto, lanzando incluso varias iniciativas de paz, pero no logró inspirar confianza ni en Occidente ni en el presidente ucraniano Vladimir Zelensky. Sin embargo, la intervención del gigante asiático va más allá: involucra también esferas de influencia.

Beijing no hace tanto ruido como Rusia, pero sus tentáculos están claramente en Hungría o los Balcanes. En el caso de Magyary, se considera la verdadera puerta de entrada de China a la UE a través de sus universidades, pero también a través de acuerdos que ponen al país bajo el control de Viktor Orbán sobre la nueva estrategia ambiental a largo plazo de Beijing en la Ruta de la Seda. Por ejemplo, Italia se retiró del proyecto, pero Budapest lo consideró positivo porque también es una forma de destruir los cimientos de la Unión Europea.

En los Balcanes, la situación es aún más complicada porque se trata de países que no pertenecen a la UE pero que están haciendo cola para unirse. Los datos muestran que China tiene una presencia muy fuerte en la región. Una investigación reciente de la Red de Investigación de los Balcanes (BIRN) encontró que durante la última década, empresas con vínculos directos o indirectos con Beijing lanzaron 135 proyectos por valor de más de 32 mil millones de euros. Al invertir no sólo en infraestructura sino también en elementos tecnológicos, países como Serbia incluso han cambiado sus leyes para darle a China una ventaja en términos de influencia. Otro tema importante se refiere al sector industrial y Bruselas ya no teme proteger a las empresas europeas de los intereses chinos.

La UE quiere enfrentarse de lleno al gigante asiático, y así lo demuestra el inicio de una investigación antisubvenciones a las importaciones de vehículos eléctricos de batería (BEV) procedentes de China. La investigación determinará en primer lugar si estas cadenas de valor de vehículos eléctricos se beneficiaron de subvenciones ilegales y si causaron o amenazaron con causar daños económicos a los fabricantes de vehículos eléctricos de la UE o no. Recientemente, una empresa china se excluyó de licitar proyectos de energía limpia para evitar el escrutinio del gobierno local.Si se confirma, la investigación considerará las posibles consecuencias e impactos de estas medidas en los importadores, usuarios y consumidores de vehículos eléctricos de batería en la UE.

Sobre la base de los resultados de la investigación, la Comisión determinará si abordar las consecuencias de las prácticas comerciales desleales identificadas como resultado de la imposición de derechos compensatorios a los vehículos eléctricos importados de China resultará en beneficios para la UE o no. Esta fue una de las declaraciones más importantes de Ursula von der Leyen en su discurso sobre el Estado de la Unión, y dice mucho sobre lo que la UE quiere en el futuro. China es un rival y a veces un enemigo… y amigo (traidor) de los demás.