El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha anunciado este miércoles un periodo de «reflexión» sobre si «merece la pena» continuar en su cargo después de que el juzgado de Madrid haya abierto diligencias para preparar una investigación para comprobar si su esposa, Begoña Gómez, es culpable.
La fecha límite es el próximo lunes 29 de abril, cuando Sánchez tendrá ante sí cuatro opciones, desde no hacer nada hasta reaparecer en una nueva convocatoria de campaña.


seguir siendo presidente

La primera opción de Sánchez fue concluir que a pesar de lo que consideraba ataques de «extrema derecha» contra su esposa y su vida personal, valía la pena continuar como presidente del gobierno. En este caso se resolverá la situación política sin precedentes que abrió el miércoles por la tarde con su “carta a los ciudadanos”.

Si no fuera así, Sánchez no podría convocar elecciones generales ahora, porque ha pasado menos de un año desde que anunció por última vez la disolución de las Cortes tras el desastre del PSOE el 29 de mayo del año pasado.
Participando en las elecciones locales y regionales la noche del 28 de mayo.
Por ello, y si aún así se decide que el español volverá a votar -sea o no candidato del PSOE- tendrá la oportunidad de realizar una convocatoria electoral, aunque luego esta no sea efectiva. hasta el 30 de mayo, cuando comenzarán a contar los 54 días que deben haber transcurrido entre entonces y el aniversario de las nuevas elecciones generales.
Esta será la tercera vez que Sánchez llama anticipadamente, después de 2019 y 2023.

Abandonar

Sin embargo, el presidente tendrá otras dos opciones: dejar el cargo sin tener que anunciar elecciones y simplemente convocar una nueva primera sesión de la Asamblea Nacional basada en los resultados de las elecciones del 23 de julio.


La primera opción es simplemente dejar su trabajo.

El artículo 101 de la Constitución establece que «el gobierno destituido desempeñará sus funciones hasta que el nuevo gobierno llegue al poder».


Cuestión de confianza

En segundo lugar, llevar la cuestión de la confianza a votación en la Asamblea Nacional, que lo apoyará para permanecer en el cargo o viceversa. Según el art. 112 de la Constitución, «El Primer Ministro, previo examen del Consejo de Ministros, podrá presentar un voto de confianza al Congreso de los Diputados sobre su programa o una declaración de política general».
Y en este caso, no sería necesario celebrar elecciones si los parlamentarios le dieran un voto de confianza y le retiraran el apoyo mayoritario que le dieron cuando fue nominado por última vez para el cargo en noviembre pasado.

Según el art.
El artículo 112 de la Constitución estipula que «si la Asamblea Nacional se niega a dar un voto de confianza al Gobierno, presentará una carta de dimisión al Rey y luego procederá a nombrar al Presidente del Gobierno según lo dispuesto en el artículo 112 de la Constitución».
es decir, la implementación está en marcha una nueva ronda de consultas entre el Rey y todos los grupos políticos en orden de representación de menor a mayor, de acuerdo con las elecciones que tuvieron lugar el 23 de enero del año pasado.
Los partidos individuales pueden presentar sus candidatos al cargo de jefe de Gobierno de entre sus diputados y Felipe VI los nominará para participar en la reunión de nombramiento, previa consulta con él, que a su juicio es el más favorecido.

Viajar a Bruselas

La quinta opción que sugiere la hipótesis de la dimisión es que Sánchez abandone la política interna y se una a la UE.
En Bruselas, la Comisión Europea, el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo aún no han retomado su presidencia tras las elecciones europeas del 9 de junio.

El mismo día que el PSOE anunció que su candidata a las elecciones al Parlamento Europeo sería la vicepresidenta tercera Teresa Ribera, la incertidumbre que el propio Sánchez creó sobre su futuro como presidenta del Gobierno hace inevitables las especulaciones, sobre la posibilidad de que él también quiera postularse para un cargo en la UE.
La opción más probable sería presidir el Consejo Europeo, la reunión de jefes de Estado y de gobierno de la UE.
El derrocado presidente en ejercicio, Charles Michel, es un liberal belga que hace unos meses preocupó a las capitales europeas al amenazar con dimitir en julio a menos que encontraran a alguien rápidamente, en cuyo caso el cargo quedaría en manos del húngaro Viktor Orban.