Cada vez más migrantes son transportados en contenedores, un negocio clandestino que dejó al menos un centenar de muertos de 2018 a 2023 y es impulsado, en parte, por las restrictivas políticas migratorias del presidente, Andrés Manuel López Obrador, y la presión de las autoridades estadounidenses.

Las mujeres se sientan contra las paredes con los niños de pie; Los hombres se sientan en filas, uno detrás de otro, en el medio. Según Yanira Chávez Santos, en el camión había unas 170 personas, a oscuras y en silencio forzado.

Dos semanas antes, el 4 de enero de 2019, Chávez había cerrado la puerta de su casa, en un pequeño pueblo del norte de Honduras. Pagó 5.000 dólares (dinero que nunca habría podido ahorrar en su salario empacando plátanos) a un contrabandista local que prometió llevarla a Estados Unidos con sus hijos, Samir, de 9 años y Emilka, de 5 años. Su marido, Erling Rosales, pagó el viaje y los esperó en Nueva Orleans, donde vive hace dos años.

Después de llegar a Estados Unidos, su marido tuvo que pagar otros 5.000 dólares a los contrabandistas. Desde San Pedro Sula tomaron un autobús hasta la frontera entre Guatemala y México y luego tomaron un bote por el río. “Estoy un poco más cerca de ti”, le escribió en un mensaje de texto a su marido.