América Latina está viviendo la peor epidemia de dengue de la historia. Sólo este año se han identificado 8,6 millones de casos, 4 millones más de los registrados en todo 2023, siendo Paraguay, Argentina y Brasil los países con situaciones más calamitosas. Por ejemplo, en la primera ola, el número de casos detectados en 2024 aumentó un 1.701% interanual, mientras que en Argentina aumentó un 391% y en Brasil aumentó un 222%. Gracias a estos datos, Europa ve la situación con recelo. ¿Es posible que aquí pase algo parecido?
El dengue es principalmente una enfermedad febril que causa síntomas leves, aunque puede ser mortal y se transmite por la picadura de un mosquito Aedes infectado. Por tanto, es más común en países con clima tropical, pero esto no significa que Europa sea inmune. Además, aunque estas cifras difieren de la situación en América Latina, el Viejo Continente también experimentó un ligero aumento en el número de casos entre las poblaciones indígenas.
De 2010 a 2021, solo se notificaron 74 casos de dengue autóctono en Europa, pero se observaron cambios significativos a partir de 2022. Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), entre junio y septiembre de este año se notificaron 65 casos locales en Francia y otros seis en Ibiza, casi el mismo número de casos detectados el año anterior once años.
En 2023, la cifra sigue aumentando y alcanza los 130 casos: 45 en Francia, 82 en Italia y 3 en Cataluña. “En los últimos dos años, se han notificado brotes mayores de lo habitual en Francia y también en Italia. Normalmente se notifican pocos casos, no más de 10-20, pero en las dos últimas temporadas vemos que ha habido brotes mayores en casos autóctonos”.
Además, cree que España puede estar “más cerca de una situación que puede ocurrir en cualquier época del año, especialmente [en verano] cuando los mosquitos están más activos en nuestro clima”. Sin embargo, a pesar del creciente número de casos entre indígenas, los expertos creen que España no se enfrentará en un futuro próximo a una situación similar a la de América Latina.
En España podría producirse una gran epidemia “si se dan las condiciones necesarias para la aparición de una enfermedad transmitida por vectores”. Sin embargo, el responsable del seguimiento de las enfermedades transmitidas por vectores explicó que no se trata de una tarea de gran envergadura ya que no se trata de una enfermedad transmitida por el aire y por contacto con otras personas. “No será tan explosivo como el Covid u otros virus respiratorios, en los que el simple hecho de estar cerca de una persona puede provocar una infección, pero podrían producirse brotes como los que estamos presenciando actualmente en toda Europa.
Es normal que no haya un cambio tan drástico pero que nos vayamos acercando al contexto europeo”, explica el investigador. Sin embargo, enfatizó que se trata de una situación impredecible porque el contexto puede cambiar. Tenga en cuenta que recientemente se han aprobado y comercializado dos vacunas contra esta enfermedad, aunque su uso aún no está generalizado.
En Europa ha aparecido el mosquito Aedes albopictus, comúnmente conocido como mosquito tigre, y que aunque esta especie puede transmitir la enfermedad, no es el mejor vector. La especie ideal es Aedes aegypti, que es común en América Latina y se presenta en algunos lugares alejados de la península, como Madeira, Chipre, Türkiye y Rusia. “Sobre esta base, nuestra situación actual no se puede comparar con la situación en América Latina”, afirmó el experto. Sin embargo, la realidad es que debido al aumento de las temperaturas, los mosquitos se están propagando más allá de los trópicos y subtrópicos y se están asentando en latitudes más altas.
Esto también significa que el número de mosquitos puede aumentar en las zonas donde ya viven, y su período de máxima actividad puede extenderse más allá de los meses de verano. En la misma línea se expresó el virólogo e investigador del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC, Juan García Arriaza, en una entrevista anterior a esta publicación. «Países como España, que se encuentran en la zona de transición, acabarán teniendo climas más cálidos y se convertirán en nichos ecológicos para los mosquitos, lo que por supuesto estará asociado a la transmisión de virus», explica, algo que nunca ha ocurrido en Europa.