La crisis climática está aumentando tanto la frecuencia como la intensidad de los desastres relacionados con el agua. Estas emergencias representan una grave amenaza para las comunidades de todo el planeta, pero afectan especialmente a los más vulnerables porque son los que tienen menos recursos para afrontarlas y sufren las mayores consecuencias.

La falta de acceso al agua potable y al saneamiento sigue siendo un problema grave, especialmente en África, donde millones de personas corren riesgo.

En Kenia, fuertes lluvias inundaron el país en abril y mayo y afectaron a más de 400.000 personas. Las intensas lluvias mataron a casi 300 personas, 10.000 cabezas de ganado y destruyeron más de 16.000 hectáreas de tierras agrícolas, casi 2.000 escuelas y unos 60 centros médicos.

Aunque inicialmente el condado de Nairobi fue la zona más afectada del país, en los últimos meses los efectos de las inundaciones han dejado un reguero de muerte y destrucción en otras zonas periféricas del país, especialmente en los distritos antes mencionados.

Miles de familias lo perdieron todo allí. Goril Masingseth, coordinador del proyecto Manos Unidas en África Oriental, dijo: “Sin hogar ni medios de vida, estas personas enfrentan no sólo el hambre sino también la amenaza constante de enfermedades transmitidas por el agua como el cólera”. Ante esta situación, Manos Unidas lanzó una campaña especial en Nakuru, Makueni, Mombasa y Kwale, con dos líneas de acción: la primera, proporcionar productos alimentarios básicos en momentos de escasez de alimentos y la segunda, sensibilizar y crear conciencia en materia de higiene, para evitar enfermedades relacionadas con el agua como el cólera.

Los paquetes contra el hambre se distribuirán una vez al mes durante tres meses e incluirán 12 kg de maíz, 9 kg de frijol, 4,5 kg de arroz, 1,5 litros de leche, 1,5 litros de aceite y 1 paquete de sal para cada persona. Un total de 1.500 familias se beneficiarán de esta acción solidaria.