Los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones indican que la tasa de desempleo de las mujeres ha descendido al 14,5% en mayo de 2024, comparado con el 18,5% en 2021.

El panorama laboral en España ha cambiado significativamente tras la reforma propuesta por Yolanda Díaz del gobierno de coalición y adoptada en diciembre de 2021. Los principales logros de la nueva ley se relacionan con la restricción de la temporalidad y el fomento de los contratos abiertos. y restricciones a la subcontratación.

Una serie de medidas contra la fragilidad han beneficiado a un grupo particularmente vulnerable: las mujeres, cuyas cifras de empleo superaron los 10 millones por primera vez en abril pasado. Esto no significa que todavía queden cuestiones importantes que requieran atención constante. Desde que la izquierda aplaudió la tan esperada reforma, la brecha de género se ha reducido gradualmente. Esta tendencia se está profundizando a medida que las poblaciones más jóvenes ingresan al mercado laboral y los trabajadores de mayor edad, con mayor desigualdad de género, se jubilan.

Las últimas cifras publicadas por el Ministerio de Inclusión Social, Protección Social y Migraciones muestran que el desempleo entre las mujeres cayó al 14,5% en mayo de 2024 desde el 18,5% en 2021. Mientras tanto, la tasa de desempleo en la fuerza laboral aumentó al 58,0% del 55,2% registrado. antes de que la reforma entrara en vigor. Las cifras reflejan esta importante mejora en su integración y estabilidad laboral.

Emma Rodríguez, catedrática de derecho laboral y seguridad social de la Universidad de Vigo, destaca que el descenso del número de empleos temporales influye decisivamente. “Con la disminución del empleo temporal, las mujeres, uno de los grupos más afectados por el trabajo temporal, han visto mejorar significativamente su situación profesional”, afirmó la experta. Señaló además que la reforma fortaleció los convenios colectivos sectoriales por encima de los convenios de empresa, «proporcionando a los trabajadores mejores condiciones laborales y salariales».

Por su parte, Carolina Vidal, secretaria de la Confederación de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, destacó que «tenemos más mujeres ocupadas que nunca y más mujeres en empleo fijo que nunca. Se acabó el contrato temporal». En su opinión, el aumento del salario mínimo de los profesionales también jugó un papel decisivo, ya que muchas mujeres aceptaron trabajos por los que recibían esa cantidad, lo que contribuyó a que la situación de su economía mejorara.

Si comparamos la situación actual con la de 2023, vemos que desde entonces, la tasa de paro masculino ha disminuido en 47.117 (4,35%) y la femenina en 84.143 (5,08%). Sin embargo, el número de parados (1.570.884) sigue siendo significativamente superior aunque la brecha se ha reducido un 14,1% desde 2021, siendo el número de desempleadas 2.201.471 mujeres y 1.579.779 hombres.

“Aunque estamos mejorando gradualmente, nuestra situación todavía no es tan buena como la de oros países europeos. También es importante centrarse en el tipo de contrato, dependiendo de si es a tiempo completo o parcial. Si miramos, vemos que tres de cada cuatro contratos a tiempo parcial son ocupados por mujeres y ahí es donde la brecha de género se está ampliando», explica Cristina Antoniasas, subsecretaria general de UGT. Sin embargo, la discriminación sigue siendo un problema persistente, especialmente la cuestión de la segregación ocupacional (división de deberes profesionales por género).

Los expertos dicen que tales diferencias en última instancia “limitarán sus oportunidades de empleo y crecimiento profesional”. En este sentido, Rodríguez señala que esta distinción está «esencialmente determinada por el tema de los cuidados y quién es el responsable de las tareas reproductivas». Por tanto, «si podemos resolver esta diferencia, avanzaremos hacia la igualdad», cree que para promover aún más la igualdad en el trabajo es necesario implementar políticas que fomenten la conciliación. “Al final somos nosotros los que somos atendidos y esto genera indirectamente discriminación. Si no podemos viajar porque tenemos que cuidar de nuestras familias, nos resultará difícil acceder a puestos de responsabilidad”. . Por eso, incluso en ámbitos femeninos, todavía vemos que los puestos de liderazgo los ocupan principalmente hombres”,