En 1767, Carlos III encargó a Pablo de Olavide crear las Nuevas Poblaciones en Sierra Morena para disuadir a los bandoleros que abundaban en el camino de Madrid a Andalucía.

Sierra Morena es una cadena montañosa que separa la Meseta Central de la Meseta del Guadalquivir y se extiende a lo largo de 400 km desde Huelva hasta Albacete. Tiene forma de paso de gigante por un proceso geológico llamado plegamiento, que ocurre cuando las placas tectónicas se acercan y chocan.

Esta sierra tiene un aspecto diferente según se la mire desde la meseta o desde el Valle del Guadalquivir. Vista desde la meseta no es alta, pero vista desde el valle parece una montaña grande y empinada. Los primeros geógrafos griegos y escritores latinos llamaron a Sierra Morena la cadena montañosa que hoy conocemos con muchos nombres diferentes.

El más común es el caso de las Montañas Marianas, todavía llamadas Montañas Arianas en el Camino de Antonin. Con el tiempo, el nombre pasó a ser Sierra Morena. Por su parte, Estrabón, uno de los primeros geógrafos griegos, la llamó Kotinas.

Según el ingeniero y escritor Antonio Carbonell Trillo-Figueroa, los nombres Montes Mariani o Marianos serían una corrupción de la palabra hebrea «arin» o «haraim», que significa «montaña». Esta teoría está respaldada por textos de diversos autores como Ptolomeo, Tzetz y Plinio. Carbonell Trillo-Figueroa también menciona otros nombres como Aricum, Arena, Mairolo y Corinas, que pueden referirse a puntos concretos de la sierra.

Según el escritor Manuel Moyano en su libro “La Frontera Interior”. La sierra que recorre Sierra Morena no es sólo una división geológica del territorio sino también una división política. Después de la Reconquista, las montañas se convirtieron en una región vasta, desolada y hostil, una especie de «tierra de nadie» que separaba el centro de España del sur. Sólo había unas pocas posadas en las que el posadero tenía que trabar amistad con muchos ladrones.

Para establecer una línea de comunicación rápida y segura entre Cádiz, Sevilla y Madrid, Carlos III ordenó en 1761 la construcción de una carretera a través de Despeñaperros. Luego intentaron poblar la zona contra el saqueo, lo que dio lugar a la fundación de nuevos pueblos en Sierra Morena.

Esta iniciativa ha desempeñado un papel clave en la transformación de la zona en una región más segura y poblada. La puerta de entrada a Andalucía está formada principalmente por espacios naturales protegidos. Sierra Morena no sólo tiene paisajes impresionantes sino también una rica biodiversidad, lo que la hace ideal para el ecoturismo.

Los visitantes pueden disfrutar de caminatas, observación de aves y observaciones astronómicas.
Amante de la buena mesa, Sierra Morena es famosa por su producción de miel y su cocina típica montañesa andaluza, que incluye platos tradicionales elaborados con ingredientes locales.