El catedrático de ingeniería aeroespacial de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV), Sergio Hoyas, advierte de que las turbulencias y tormentas, especialmente en el Atlántico Norte, están aumentando debido al cambio climático. Hoyas forma parte de un equipo internacional que ha desarrollado una nueva técnica para estudiar la turbulencia de una forma diferente.

Los expertos explican que se volvió a producir un fenómeno similar al temblor del avión de Singapur Airlines que volaba de Londres a Singapur el martes. El avión fue sacudido por «graves turbulencias», dijeron la compañía y las autoridades tailandesas, lo que provocó la muerte de un británico de 73 años -posiblemente de un ataque al corazón, según el jefe de la compañía- y de otra persona de 30 años. Hay personas heridas, 7 de las cuales se encuentran en estado crítico. Mucha gente tiene miedo de las turbulencias, los golpes que a veces se producen en los aviones, pero en la mayoría de los casos no les pasa nada.

Cuando un avión vuela a esta altitud, el aire está muy estratificado y tranquilo, y cuando el avión interviene normalmente no pasa nada, pero si el aire está «muy turbulento», las alas empiezan a moverse de forma diferente y la sustentación del vuelo cambia.

Hoyas asegura que en tales situaciones el avión “nunca correrá un peligro grave, no caerá, no se romperá como en las películas”, pero los pasajeros pueden sufrir daños por colisiones como si saltaran entre dos aviones. y tres metros si no llevas puesto el cinturón de seguridad o te lesionas por la caída de una maleta.

Con el cambio climático aumenta el número de grandes tormentas repentinas o fuertes corrientes, incluso una investigación del científico británico Paul Williams muestra problemas de turbulencias severas y la gravedad de los accidentes domésticos aumentará en un 50%. el próximo año. Ahora, gracias a estos casos, el profesor afirma: “nunca más volveréis a tener problemas graves de estabilidad”.
«La integridad del avión nunca se verá amenazada, no se estrellará», afirmó el profesor. El problema es que si no usas el cinturón de seguridad, te tocarás el techo». Hoyas recomienda utilizar el cinturón de seguridad durante los vuelos en rutas del Atlántico Norte, la región más susceptible a los cambios de la Corriente del Golfo y los chorros polares.